¿Debo sentirme afortunada? ¿Quién soy ahora?
Intento convencerme de mis propias decisiones, de mis futuras frases y todo me da asco. Se que no soy fuerte.
¡No me lo creo! No me creo a mi misma porque no hay nada que creer, soy tan sólo una sombra.
Soy una parada de autobús que espera a que llegues y vuelvas a irte, así día tras día y sin embargo, la ilusión sigue inundándome los ojos de esperanzas.
¿Qué debo decir? ¿Qué debo hacer?
Anoche rocé tus labios mientras te decía que callases y las mariposas resurgieron en mi estómago después de un largo sueño. Ahora, tengo que volver a serenarlas y de nuevo, empiezo desde cero. Labios fríos, suaves y muy conocidos por los míos, no puedo dejarte ir porque entonces, deja de funcionar todo.
Hablamos de nuestra ruptura como si no hubiese supuesto ningún problema y yo, sigo ahí, hecha una mierda, la cual sólo piensa en dormir contigo para sentirte cerca y estar tranquila. Llámame ilusa...
Ya no tengo fuerzas, estoy agotada de llorar sin pañuelos y de tener la cara siempre sucia.
Me siento afortunada de acariciar con la mano una muerte de mentira, aunque sigo sin sentirme viva.
Intento convencerme de mis propias decisiones, de mis futuras frases y todo me da asco. Se que no soy fuerte.
¡No me lo creo! No me creo a mi misma porque no hay nada que creer, soy tan sólo una sombra.
Soy una parada de autobús que espera a que llegues y vuelvas a irte, así día tras día y sin embargo, la ilusión sigue inundándome los ojos de esperanzas.
¿Qué debo decir? ¿Qué debo hacer?
Anoche rocé tus labios mientras te decía que callases y las mariposas resurgieron en mi estómago después de un largo sueño. Ahora, tengo que volver a serenarlas y de nuevo, empiezo desde cero. Labios fríos, suaves y muy conocidos por los míos, no puedo dejarte ir porque entonces, deja de funcionar todo.
Hablamos de nuestra ruptura como si no hubiese supuesto ningún problema y yo, sigo ahí, hecha una mierda, la cual sólo piensa en dormir contigo para sentirte cerca y estar tranquila. Llámame ilusa...
Ya no tengo fuerzas, estoy agotada de llorar sin pañuelos y de tener la cara siempre sucia.
Me siento afortunada de acariciar con la mano una muerte de mentira, aunque sigo sin sentirme viva.
Publicar un comentario