Saco mi Blackberry Storm de la mochila y me dispongo a escribir las tareas pendientes que tengo que realizar a lo largo de estos dos días de retiro espiritual en Ciudad Real, mi propio y auténtico Mordor.
La verdad es que no he enloquecido para desgracia de algunos, tan sólo intento escribir un punto y aparte en esta semana de locura nocturna en la que he perdido y sigo perdiendo mis puntos cardinales.
Llevo toda la tarde en el salón viendo la FOX a través de la televisión por cable y pensando cómo comenzar una entrada sobre una semana que se podría calificar como "ver para creer" y la necesidad que tengo de volver cuando aún no han transcurrido ni 24 horas de mi partida hacia tierras manchegas.
La noche comenzó repleta de planes perfectos y terminé en el barrio como una noche más con aspiraciones de sobrevivir y sin embargo, me recuerdo volviendo a casa arrastrando los pies, como niña pequeña enfadada por haber sido castigada sin postre pero extrañamente contenta.
La noche prometía y se quedó en eso, prometer. Porque cuando oyes joyas como "tengo lista libre" y "de heteros" unidas en una misma oración es quizás cuestión de hacer trinchera en el lugar en el que te encuentras y sacar tu vena revolucionaria porque será tu única salvación.
Y allí estaba yo, hastiada con tanto hetero asombrado de encontrarse a dos lesbianas profesándose amor en un sofá mientras me reía de las caras de los pobres sin más expectativa que pillarme un estupor a base de flashes y luces de colores puesto que el antrazo no tenían ni datafono (véase término en Google) ni un atisbo de caché.
Por cierto, se llamaba Sweet. Ya pueden prenderlo fuego cuando lo deseen, la niña de las sombras promete una recompensa que no podrán rechazar. Para todo lo demás, Truco que nunca me falla y por fin, vuelvo a tener casa tras una inauguración a lo grande.
Si algo me agradó en todo este desencuentro, fue darme cuenta que ya era San Valentín y como no, conseguir llegar a casa con una amplia sonrisa a partir de una conversación coherente al máximo donde las haya.
La verdad es que no he enloquecido para desgracia de algunos, tan sólo intento escribir un punto y aparte en esta semana de locura nocturna en la que he perdido y sigo perdiendo mis puntos cardinales.
Llevo toda la tarde en el salón viendo la FOX a través de la televisión por cable y pensando cómo comenzar una entrada sobre una semana que se podría calificar como "ver para creer" y la necesidad que tengo de volver cuando aún no han transcurrido ni 24 horas de mi partida hacia tierras manchegas.
La noche comenzó repleta de planes perfectos y terminé en el barrio como una noche más con aspiraciones de sobrevivir y sin embargo, me recuerdo volviendo a casa arrastrando los pies, como niña pequeña enfadada por haber sido castigada sin postre pero extrañamente contenta.
La noche prometía y se quedó en eso, prometer. Porque cuando oyes joyas como "tengo lista libre" y "de heteros" unidas en una misma oración es quizás cuestión de hacer trinchera en el lugar en el que te encuentras y sacar tu vena revolucionaria porque será tu única salvación.
Y allí estaba yo, hastiada con tanto hetero asombrado de encontrarse a dos lesbianas profesándose amor en un sofá mientras me reía de las caras de los pobres sin más expectativa que pillarme un estupor a base de flashes y luces de colores puesto que el antrazo no tenían ni datafono (véase término en Google) ni un atisbo de caché.
Por cierto, se llamaba Sweet. Ya pueden prenderlo fuego cuando lo deseen, la niña de las sombras promete una recompensa que no podrán rechazar. Para todo lo demás, Truco que nunca me falla y por fin, vuelvo a tener casa tras una inauguración a lo grande.
Si algo me agradó en todo este desencuentro, fue darme cuenta que ya era San Valentín y como no, conseguir llegar a casa con una amplia sonrisa a partir de una conversación coherente al máximo donde las haya.
Publicar un comentario