Como quién desnuda eléctricamente un cuerpo del que se despide para siempre, porque es mejor así, eternamente. La rabia y la melancolía se mezclan en una oscuridad alumbrada por una vela que comienza a consumirse mientras dos cuerpos se funden con cada botón desabrochado por una complicidad adquirida con el paso del tiempo.
Observa como sus manos comienzan a temblar al ir perdiendo un olor y tacto adquirido por millones de caricias que han trazado caminos con los que aprender a vivir en esa piel tersa y caliente. Caminos sin señalizar en un cuerpo que se estremece con cada una de las yemas que rememoran curiosas un territorio estudiado centímetro a centímetro.
Sus ojos desfiguran un rostro lleno de expresividad, que tantas veces apareció en sueños y que hoy, se oscurece mientras no opone resistencia ni trata de recordar porque sabe que es mejor así. Mientras, su mente recorre pasajes de una juventud cuando en un cuaderno escribía sin pensar demasiado:
Observa como sus manos comienzan a temblar al ir perdiendo un olor y tacto adquirido por millones de caricias que han trazado caminos con los que aprender a vivir en esa piel tersa y caliente. Caminos sin señalizar en un cuerpo que se estremece con cada una de las yemas que rememoran curiosas un territorio estudiado centímetro a centímetro.
Sus ojos desfiguran un rostro lleno de expresividad, que tantas veces apareció en sueños y que hoy, se oscurece mientras no opone resistencia ni trata de recordar porque sabe que es mejor así. Mientras, su mente recorre pasajes de una juventud cuando en un cuaderno escribía sin pensar demasiado:
"El silencio cubrió nuestros cuerpos,
enmudeciendo nuestras palabras
que tarde reaccionaron"
enmudeciendo nuestras palabras
que tarde reaccionaron"
Y derrama lo que dice que serán sus últimas lágrimas a escondidas puesto que sabe que no volverán en el momento que de su último beso y marche para siempre.
- Es hora de marchar.
- ¿A dónde vas?
- A cualquier otra parte donde los recuerdos no me encuentren.