Archivar como enero 2009

No mires atrás

Como quién desnuda eléctricamente un cuerpo del que se despide para siempre, porque es mejor así, eternamente. La rabia y la melancolía se mezclan en una oscuridad alumbrada por una vela que comienza a consumirse mientras dos cuerpos se funden con cada botón desabrochado por una complicidad adquirida con el paso del tiempo.

Observa como sus manos comienzan a temblar al ir perdiendo un olor y tacto adquirido por millones de caricias que han trazado caminos con los que aprender a vivir en esa piel tersa y caliente. Caminos sin señalizar en un cuerpo que se estremece con cada una de las yemas que rememoran curiosas un territorio estudiado centímetro a centímetro.

Sus ojos desfiguran un rostro lleno de expresividad, que tantas veces apareció en sueños y que hoy, se oscurece mientras no opone resistencia ni trata de recordar porque sabe que es mejor así. Mientras, su mente recorre pasajes de una juventud cuando en un cuaderno escribía sin pensar demasiado:

"El silencio cubrió nuestros cuerpos,
enmudeciendo nuestras palabras
que tarde reaccionaron"

Y derrama lo que dice que serán sus últimas lágrimas a escondidas puesto que sabe que no volverán en el momento que de su último beso y marche para siempre.
- Es hora de marchar.
- ¿A dónde vas?
- A cualquier otra parte donde los recuerdos no me encuentren.

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Miriam Marta Barcelona

Llevo toda la mañana jugando con el despertador en mis manos con una ventana abierta para airear mis pensamientos turbados y una mente que se encuentra entre la coherencia de una conversación trasnochada y la culpabilidad de quién aún no se ha levantado para ponerse a estudiar en plena época de exámenes.

Podría decir que me estoy echando a perder, pero no es así ni mucho menos. Quien me conoce sabe de sobra que soy mujer de poca voluntad para ciertas cosas y ayer, me dio el bajón que hacía tiempo no me daba y comencé a echar de menos y recordar...
... que Barcelona es un destino que jamás tacharé de mi lista por mucho que visite.
... que el dolor no se esfuma al son de millares de kilómetros.
... que mis tardes de biblioteca han pasado a la historia.
... que he dejado de soñar para vivir en mi nueva burbuja.
... que he madurado a golpes en Madrid y sin nadie a mi lado.
Teorías freudianas asaltan las mentes de chicas nocturnas pegadas a ordenadores que rozan la curiosidad e inquietud de quien se enfrenta a alguien desconocido y probablemente, mejor que cualquier otro fenómeno en el cielo que jamás se haya visto.



Dichos fenómenos, a los que llamaremos estrellas, últimamente, son personas de carne y hueso que me arrancan sonrisas allí donde me hallo y que me abrazan para asfixiar el dolor que me quema por dentro, sin más expectativas que las de verme tranquila. Por todo ello, las princesitas NiNi y FlaMiNGo llenan un trozo de vacío que ahora hace secarme unas lágrimas que hace tiempo se convirtieron en amargas y que hoy, no son más que eso, lágrimas de indiferencia.

Frente a un portátil, relatan sus sueños lejos de sus correspondientes miedos y convierten sus realidades en un puzzle que encaja a la perfección a base de líneas de colores en una misma ventana emergente. Eres más que cuatro absurdas líneas en esta conversación, tan sólo te pido que reflexiones.

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Una segunda juventud para todos

Mientras mis padres viven su segunda juventud a los "cincuenta y tantos", yo tan sólo pienso en lo extraña que fue la noche de ayer. Y es que pese a mis ganas de querer marchar a Cerdeña con ellos, pienso que quizás es mejor quedarse con el buen sabor de boca que deja sentir que tu familia es grandiosa.

Me hago mayor y si mirase semanas atrás no me reconocería ni a mi misma. He arriesgado y he ganado. Lo sé, estoy segura de ello. Porque esta sensación es la que llena los huecos de mi vacío estratosférico y hace que me sienta segura de mí misma.

Crezco con cada paso que doy, con cada segundo vivido y congelado para un blog tardío y como no, los degusto hasta entrar en un orgasmo que destroza cada tira de mi blanca piel y agotada, caigo en una rutina que me hace desear cada día más.

Me despojo de mis verguenzas adquiridas con el paso del tiempo y me siento indeferente, más yo al fin y al cabo, y poseedora de "un algo" que nadie sabe explicar pero que me hace jugar y golpear más fuerte de lo normal. Y enloquezco con mi nueva fuente de energía.



Se que ha costado demasiado. Pero quizás ya he aprendido y ahora nadie es mejor que yo. Mi proyecto comienza. ¿Qué si estoy preparada? Siempre la niña de las sombras.

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¿Querías rebajas? ¡Pues toma!

Después de delirar a causa de la fiebre en una cama que me venía grande y echar de menos a mi madre en cada escalofrío. Me doy cuenta que según me hago mayor, las enfermedades ya no me agradan tanto como antaño.

Pese a mi lamentable estado, debo seguir viviendo la vida que he elegido y es entonces cuando debo pensar qué comer, qué cenar, lavadoras, limpiar y demás tareas domésticas que hacer mientras la fiebre te hace alucinar y ver las cosas de mil colores, pero aquí estoy, escribiendo como un día más aquellas absurdas cosas con un pedo gratuito pero no tan placentero.

Fui al médico por segunda vez hoy y al verme la cara, mi médica se ha quedado como un cuadro. Quizás el mismo que debió ver ella en mí cuando me dijo que debían pincharme en el culo, porque según ella es como se "arreglan las cosas de anginas y placas".

Así que con mi baja y varias recetas bajo el brazo, y una sonrisa que bien podría asemejarse a la del pobre jorobado de Notre Dame sin olvidarnos de mi gran disposición, me dirigí tranquilamente a la misma farmacia en la que ayer estuve.

Como si de una clienta VIP se tratase allí estaba yo dando papeles al farmacéutico, hablando con él si fuese un viejo amigo y es que las enfermedades, crean o no, unen a la gente más que cualquier otra cosa. Y si no, piensen en esa persona que les salva la vida cuando les ofrece el último pañuelo cuando su nariz está a punto de explotar debido a los cien estornudos por minuto.

Volví al médico con el arsenal comprado en la farmacia que al fin al cabo estaba de rebajas, puesto que por dos euros me llevé de todo, termómetro digital incluido. Con suerte, puedes pillarte un estupor de los que hacen historia mezclando "rojas, verdes y amarillas, a mi me gustan las pastillas" pero la verdad es que ya estaba cansada de tanto paseo a ese mundo que tanto miedo da repleto de ancianos que tosen sin ponerse la mano, tullidos de todas las formas posibles y batas blancas que practican diana en tu cuerpo.

Tras la vacuna salí de allí cojeando mientras los ancianos me miraban con ojos hambrientos de carne fresca y pese al dolor del pinchazo, decidir realizar un pequeño sprint que me llevase lejos de allí y cerca de casa pero la vida de ermitaña me empezaba a quemar la sangre y decidí visitar Emergia Contact Center, esa empresa con nombre de línea caliente y donde sólo encontrarás pervertidos trabajando para otras empresas incautas.

La fiebre comienza otra vez a subir al ritmo que mi abuela me llama al móvil y enerva cada vez más mi estado. Así que es hora de desconectar el móvil, ponerse el pijama, cenar y disfrutar de algún programa de televisión decente, hábitos ya casi olvidados en mi vida de "estudiante+trabajadora", porque mañana será otro día de estudio entre otros menesteres.

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El truco del escapista

Después de una boca con olor a cenicero y que bien se puede asemejar a un vulgar zapato, los fuertes dolores ováricos que tengo y el no saber a ciencia cierta si he llegado a dormir tres horas consecutivas esta mañana o noche, sencillamente, me hace delirar completamente.

Llegué a casa cual viernes de invierno después de haber proclamado nuevo lugares como centros de culto en el barrio y es que basta que cierren Truco para que mi comodidad no me lleve mucho más allá de lo que mis gafas de "indie", como dicen algunos, pueden visualizar con un alto grado de alcohol ya en plena ebullición.

Mi casa huele a quemado, no diré nada más sobre un asunto tan escabroso pero no han habido pérdidas humanas ni materiales. En fin, es lo que sucede cuando no hay nadie a tu alrededor que puede parar tu nueva gula mañanera al llegar a casa.
Necesito ducharme.
Necesito dormir.
Necesito comer.
Necesito estudiar.
Necesito escapar lejos.
Así en este orden, sin alterar. Porque ya fue eléctrica la noche de ayer.

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'Teléfono de aludidos' [Parte III]

Queridos Reyes Magos:

Se que no es manera de empezar una carta así, pero pese a mis negocios turbulentos me he portado bien. Sin embargo, no podría decir lo mismo de ustedes. Así que sin más preámbulos les he apuntado en la lista vigente de mentirosos que llevo conmigo a todas partes. Felicidades son los décimos terceros.

Siento ser tan directa, pero aún no he recibido mi regalo del año pasado y he de suponer que el de este año al ser más o menos lo mismo que el anterior tampoco lo recibiré. No obstante, me mantendré a la espera como hago con los asuntos importantes de mi vida. Armarme de paciencia hasta los dientes para nada.

Me he esforzado en no perder la ilusión ni la fe, pero desde luego creo que ya he pasado demasiado tiempo saliendo del trabajo con la ilusión en la cara y darme la hostia con el cristal de la puerta que me devolvía a la realidad. Pero es que las buenas costumbres nunca se olvidan.

Me parece asombroso que aún me mantenga optimista después de ver como mi madre hace frente a un cáncer que la ha desmoralizado en cuestión de segundos. ¿Qué tipo de reyes os creéis que sois? Ni siquiera pudisteis subsanar a una familia que enfermaba poco a poco y si me mantengo a flote no es por el apoyo de nadie, porque esta visto quién viene, quién va y a dónde.

Así que sin más divagaciones que añadir y bajo una reflexión mínima pero intensa, redactaré el listado de regalos que al cabo del año deberéis traerme como manda la tradición, porque si, porque este año me lo merezco y porque el 2008 es digno de olvidar por la multitud de encuentros en la vigésima tercera fase (por decir alguna).

  • Una bomba para exterminar a todos aquellos personajes que aguardan (sin saberlo) su dramático destino en mi odiada lista.
  • Salud para mi madre porque aún le quedan muchas cosas por hacer.
  • Un corazón metálico para no sufrir y ahorrar en tiritas y costuras.
  • Un suicidio colectivo para todos los que se declaran homofóbicos, porque de gilipollas ya está el cupo lleno y hay que ir haciendo hueco.
  • Fuerza para escribir una carta y despedirme sin más de todo por lo que un día estuve dispuesta a defender.

[+] Sugerencias: Comentarios de la entrada ^^

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Temblando ...

Llevo doce horas metida en la cama, sin fuerzas para levantarme y este es un momento en el que no sabes realmente qué hacer. Por un lado, puedes darte la vuelta y dormir plácidamente mientras el suave ruido de la televisión encendida te ayuda a conciliar el sueño como única acompañante, pero por otro lado, puedes levantarte, poner una lavadora, pensar que vas a comer hoy, tomar una ducha, estudiar y como no, vivir.

Me hallo muerta, asustada con un corazon que hace ruidos extraños y de cual no puedo esperar demasiado como dijeron los médicos. Siempre pense que con mis nuevas tiritas de unicornios e importadas desde muy lejos todo podría tener solución pero no es así. Me equivoqué y hacer de este día algo normal y coherente con lo que engañarme en este 2009 no ayuda demasiado.

Y sueño con encontrarme frente a un acantilado y acariciar un libertad que se perpetue en el tiempo con más pena que gloria y me lleve lejos de todo recuerdo que me hace tiritar de frío. Y sueño con un golpe magistral en mi turbia cabeza que me formatee todo lo vivido y forzosamente olvide personajes, conversaciones, sueños y momentos vividos.Y sueño con que algún día, mi despedida no sea tan dura y ardua tarea como ensayo una y otra vez frente a un espejo con una carta en la mano y lágrimas en los ojos.


Hombres G - Temblando

Y sueño con encontrarme bajo un mismo nórdico sin más espectativas que el roce de tu cuerpo abrazado al mío y comunicarme a base de caricias y besos que ya no me atrevo a dar y olvidar que existe un mundo fuera de esa habitación que me ayude a respirar un año más.

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