Mírame.
Mírame de cerca y averigua de qué hablan mis ojos.
Tócame.
Tócame y adivina lo que mis manos quieren escribir.
Todo es tan sencillo como la anatomía de un post-it que se deja usar.
Tan complejo como su contenido.
Tan fácil como callar.
Tan difícil como gritar.
Tan ambiguo como su dificultad.
Tan neurótico como atarse a la silla donde día tras día escribo cartas.
Tan triste como tirarlas al día siguiente a una papelera vacía de esperanza.
Escribo sin sentido palabras mientras mi cabeza se deja llevar por una canción que me da miedo nombrar.
Mañana será otro día y seguiré echándote de menos cuando aún sigues siendo un garabato sin definir.
Nunca supe mirar el momento. Por eso, las cosas que se topan conmigo siempre se me escapan de las manos y las pierdo.
Mírame de cerca y averigua de qué hablan mis ojos.
Tócame.
Tócame y adivina lo que mis manos quieren escribir.
Todo es tan sencillo como la anatomía de un post-it que se deja usar.
Tan complejo como su contenido.
Tan fácil como callar.
Tan difícil como gritar.
Tan ambiguo como su dificultad.
Tan neurótico como atarse a la silla donde día tras día escribo cartas.
Tan triste como tirarlas al día siguiente a una papelera vacía de esperanza.
Escribo sin sentido palabras mientras mi cabeza se deja llevar por una canción que me da miedo nombrar.
Mañana será otro día y seguiré echándote de menos cuando aún sigues siendo un garabato sin definir.
Nunca supe mirar el momento. Por eso, las cosas que se topan conmigo siempre se me escapan de las manos y las pierdo.