Mi casa ni es un Gran Hermano de coños ni la tribu de los Brady y obviamente, tampoco un prostíbulo, aunque la idea me pareciese atractiva cuando no conocíamos a nuestras nuevas compañeras lituanas aún.
Soñábamos con dos mujeres híbridas de Montera, cultas y con glamour. Sin embargo y a día de hoy, considero que estoy viviendo con lo más castizo de aquel desconocido país, las cuales se alimentan de extrañas comidas e infusiones que bien podría ser marihuana aderezada con escrementos por el mal olor que deja en toda la cocina.
El arte, con eso del frío, deben de interiorizarlo bien porque visto lo visto, Heidi es allí una diva, una verdadera diosa de la alta costura que ni Raffaela Carra puede igualar con esas canciones que siempre serán de ayer, de hoy y de mañana.
Para aquellos ingenuos que sobrentienden apellidos debo advertirles que no hablaba de Heidi Klum sino más de aquella niña que paseaba por los Alpes con delantal y falda, feliz como ella sola y que guardaba gran parecido a protagonistas de series de la estirpe de La casa de la pradera.
Giedre Dukauskaite les debe de sonar a chino o más bien, a una posible franquicia como Ikea que debe haber en su país antes de pensar en una futura promesa de las pasarelas y es que lo que hacen ellas en el pasillo de la Casa Roja para nada es arte.
Soñábamos con dos mujeres híbridas de Montera, cultas y con glamour. Sin embargo y a día de hoy, considero que estoy viviendo con lo más castizo de aquel desconocido país, las cuales se alimentan de extrañas comidas e infusiones que bien podría ser marihuana aderezada con escrementos por el mal olor que deja en toda la cocina.
El arte, con eso del frío, deben de interiorizarlo bien porque visto lo visto, Heidi es allí una diva, una verdadera diosa de la alta costura que ni Raffaela Carra puede igualar con esas canciones que siempre serán de ayer, de hoy y de mañana.
Para aquellos ingenuos que sobrentienden apellidos debo advertirles que no hablaba de Heidi Klum sino más de aquella niña que paseaba por los Alpes con delantal y falda, feliz como ella sola y que guardaba gran parecido a protagonistas de series de la estirpe de La casa de la pradera.
Giedre Dukauskaite les debe de sonar a chino o más bien, a una posible franquicia como Ikea que debe haber en su país antes de pensar en una futura promesa de las pasarelas y es que lo que hacen ellas en el pasillo de la Casa Roja para nada es arte.
3 Respuestas a Mi gozo en el pozo
que compis mas estrañas.....
ohhhh q gente mas rara....de donde an salido???
eres más mala que Cain..xD
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