La princesita Gominola desempolvó su viejo cuaderno abandonado. Busco una pluma y se dispuso a escribir en él como antaño. Había perdido práctica pero el pulso jamás le temblaba con nuevos retos.
Lentamente y con el mismo cuidado que un artesano, escribió:
Lentamente y con el mismo cuidado que un artesano, escribió:
"Mi ejército se forjaba a la sombra. Mientras ella, ingenua a todo, no sabía quién solicitaba venganza a tan sólo ocho minutos de aquel lugar. Sí, las cosas habían cambiado. La vida sonreía a aquella niña que se rodeaba de sombras a su paso por la oscuridad".Acto seguido, cerró cuidadosamente el libro con su respectivo broche. Sonrío y se dio la vuelta en la cama. Aquella noche, la princesita Gominola soñó con la reaparición en su anhelado territorio.
Publicar un comentario