Acapulco

Las personas que me conocen saben que odio el clima de Valencia. Pues bien, Acapulco es el doble de calor concentrado aunque sin "Rita Barberá" haciendo de las suyas. También es cierto que no la necesitan en absoluto.



Vistas Acapulco por la noche
Vistas de Acapulco por la noche.
Supongo que mis ganas por ver el Pacífico eran mucho más grandes que cualquier otro pensamiento. Así que, pusimos rumbo a Acapulco para pasar el puente con la mejor actitud del mundo.

Si tuviese que describir Acapulco, creo que diría que es calor húmedo hasta límites insospechados, mosquitos que atentan más que picar y playas enormes de agua templada. Porque el Pacífico es así, el hermano mayor de nuestro Mediterráneo pero al otro lado del mundo.

También, me gustaría destacar las desafortunadas lluvías torrenciales a las que tuvimos que hacer frente a partir de mi tercer trago de cerveza en la primera playa que pisaba. Todo lujos, vaya.

Playa Acapulco
Primera playa que pisé en Acapulco.
La zona turística está muy bien, sus playas son bonitas pero hay un Acapulco que existe y que está abandonado. Esa zona no suele salir en las fotografías de las agencias de viajes, ni tampoco en programas como Españoles por el mundo. Yo lo he visto con mis propios ojos y en ocasiones, asombra y da miedo a partes iguales.

Playa Bon Fil Acapulco
Playa Bon Fil
Mis noches se convirtieron en insomnio a causa de los zumbidos insoportables de mosquitos tamaño XXL y conversaciones que me mantenían lúcida con aquellos que estaban disponibles en España. A veces, el cambio horario es una salvación cuando no puedo dormir.

Creo que lo más divertido fue descubrir que las rutas (nombre que reciben los autobuses o camionetas urbanas) son tunning y cuando digo eso, hablo de música, altavoces, cristales ahumados, neones y decoraciones de chapa imposibles.

Ruta tuneada por dentro y por fuera.
A mi vuelta del viaje, hablando con Luis, un amigo sevillano que había conocido en Simón, le comenté mi gran experiencia costeña. No parecía asombrado y me dijo que a él, personalmente, no le había gustado porque "es un Matalascañas a la mexicana". Creo que no podría estar más de acuerdo con esa respuesta.

Lo siento pero siempre fui una chica de secano y es que en la La Mancha hay mucho pan, mucho vino y poca humedad.

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