Días malos

Los días malos se detectan con facilidad. No es necesaria demasiada audacia. No son complicados de divisar. Llegan, se identifican y se añaden al histórico de días horribles que albergo en algún lugar de mi mente.

Una discusión. Una parada de Metro equivocada. Una carrera en vano por el andén. Un despertador que suena en fin de semana. Un domingo tonto y absurdo. La pérdida de apuntes días previos al examen...

Cuando todo ello se combina, deseas esconderte, guarecerte de una jornada tan catastrófica como la vivida. Fundirte en un largo abrazo con tu psicólogo y esperar a que el mal sabor de boca se lo lleve el olvido.

Llegas tarde a clase pero llegas. Sonríes. Haces bromas como de costumbre. Garabateas en los apuntes. Finges escuchar pero tu mente esta tan lejos que respiras profundamente para llenar el hueco de lo que se llevó ayer quizás sin darse cuenta.

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2 Respuestas a Días malos

pintamonadas dijo...

ay orcogitanilla..te vas a enterar, que hay tacaraquedada con tacaramocho, y como te escondas, te encojas, te garabatees en tu guarida de Orcos-Hellou en las profundidades de Mordon, vamos a ir la panda de hobbits a "sacarte de paseo un rato al retiro para acabar a las 8 volviendo a casa"

Avisada estás pues,

un besito

Sílvia dijo...

Los días malos no existen
Los días malos no existen

Aunque son necesarios.

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