Regala una sonrisa mientras con tus manos ofreces tu propio corazón. Mira a los ojos de la otra persona y siente ese cosquilleo en la nuca. No tengas miedo de sentir sus ojos como una prolongación de los tuyos.
Recuerda que la tristeza no te invada cuando al alejarte, aquella persona lo tire a la primera papelera pensando que tú ya estarías lejos de aquel lugar.
Recuerda que la tristeza no te invada cuando al alejarte, aquella persona lo tire a la primera papelera pensando que tú ya estarías lejos de aquel lugar.
Publicar un comentario