El tío Richard está que se sube a las paredes con ésto de la crisis. Dice que los políticos le han empujado a la ruina. Ha tenido que cerrar su sex-shop. Ahora se dedica a repartir publicidad de compra-venta de oro en la calle Montera. Tía Marie, su mujer, también trabaja en la misma calle pero ella no vende oro precisamente.
Por cierto, el hombre de la fotografía es tío Richard y está orgulloso de sus frondosas patillas.
Yuksek – Always On The Run
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