La verdad es que sigo anonadada de lo que puede acarrear un estado de Tuenti como fue: "... está que NO vuelve a Pinto en la vida". Decenas de comentarios dejaban constancia de una gran preocupación por un estado como cualquier otro. Es más, si lo pienso podría haber escrito "... está que ayer se quedó ciega pero no de ron ^^".
La cuestión es que llegué un poco perdida como el año pasado. Demasiada gente pero el susto de ver la flota de camiones en el aparcamiento una vez subimos la pequeña cuesta, no me impactó y menos aún, me dio tanto miedo como antaño. Aunque las caras de algunas de mis acompañantes se encontraban entre la lascivia y terror de ver la panadería más grande jamás reunida.
El postureo comenzó en el momento de soltar mi abrigo, disparar el primer flash, beber la primera copa y como no, saludar a viejas y nuevas amigas. Las fotografías dejan entrever una faceta que sólo las desvergonzadas hemos sabido equilibrar y los taking off, no brillaron precisamente por su ausencia.
Ya dentro, lo de siempre, cancaneo por todos lados. A destacar, la presencia del sector hostelero de Chueca y como no, la discusión de turno para no perder los viejos hábitos ya introducidos en mi rutina de fines de semana.
Como no, miradas que matan, amigas que vuelves a ver, desconocidas que se desatan y te sientes aterrorizada al descubrir que se quita la camiseta y tiene un sujetador que ni comprado en los chinos, la amiga que te salva de la voracidad de una, la hostia de la tarima de Esther y las frases míticas de una lengua que se cortocircuita más que la vista de algunas con las gogo's.
Al final y como era de esperar. Terminé con Anne en la tarima reservada de las dj's frente a la atónita mirada de la chica de seguridad, mis conocidas y Paula, que no me había visto llegar y me pedía copas desde la barra. Las adoro porque son como dos madres con las que salir es una aventura nueva, dispuestas a conseguir cualquier teléfono o a ser celestinas por una noche y simplemente, porque me siguen el ritmo.
Por lo demás, terminé conociendo a todas sus amigas. A-R-T-E todas y cada una de ellas. Eso si, no me preguntes sus nombres. Lo mejor quizás es que demasiada gente observó entre al muchedumbre un caché que sube como la espuma entre gente de alta alcurnia.
Lo más curioso son las modernas que allí te encuentras, conocidas míticas de antros que visitaba hace ya algún tiempo y que se declaran hetero-no flexible. Entonces es cuando las dudas me asaltan en forma de cancion: ¿Qué hace una chica como tú en un sitio cómo éste? El rollo es mentirse a sí misma, hija.
El peregrinaje a la Renfe fue algo grandioso, mi compañera de facultad y yo siguiendo a dos chicas que bien podrían dirigirse a su casa y podríamos haber seguido dando vueltas por Pinto pero bueno, fue una noche de milagros por no decir de idas y venidas del infierno al mismo diluvio universal.
P.D: Habrá cosas que se me olviden, pero acepto escribir una segunda entrada con respuestas a preguntas, xDD!!
El postureo comenzó en el momento de soltar mi abrigo, disparar el primer flash, beber la primera copa y como no, saludar a viejas y nuevas amigas. Las fotografías dejan entrever una faceta que sólo las desvergonzadas hemos sabido equilibrar y los taking off, no brillaron precisamente por su ausencia.
Ya dentro, lo de siempre, cancaneo por todos lados. A destacar, la presencia del sector hostelero de Chueca y como no, la discusión de turno para no perder los viejos hábitos ya introducidos en mi rutina de fines de semana.
Como no, miradas que matan, amigas que vuelves a ver, desconocidas que se desatan y te sientes aterrorizada al descubrir que se quita la camiseta y tiene un sujetador que ni comprado en los chinos, la amiga que te salva de la voracidad de una, la hostia de la tarima de Esther y las frases míticas de una lengua que se cortocircuita más que la vista de algunas con las gogo's.
Al final y como era de esperar. Terminé con Anne en la tarima reservada de las dj's frente a la atónita mirada de la chica de seguridad, mis conocidas y Paula, que no me había visto llegar y me pedía copas desde la barra. Las adoro porque son como dos madres con las que salir es una aventura nueva, dispuestas a conseguir cualquier teléfono o a ser celestinas por una noche y simplemente, porque me siguen el ritmo.
Por lo demás, terminé conociendo a todas sus amigas. A-R-T-E todas y cada una de ellas. Eso si, no me preguntes sus nombres. Lo mejor quizás es que demasiada gente observó entre al muchedumbre un caché que sube como la espuma entre gente de alta alcurnia.
Lo más curioso son las modernas que allí te encuentras, conocidas míticas de antros que visitaba hace ya algún tiempo y que se declaran hetero-no flexible. Entonces es cuando las dudas me asaltan en forma de cancion: ¿Qué hace una chica como tú en un sitio cómo éste? El rollo es mentirse a sí misma, hija.
El peregrinaje a la Renfe fue algo grandioso, mi compañera de facultad y yo siguiendo a dos chicas que bien podrían dirigirse a su casa y podríamos haber seguido dando vueltas por Pinto pero bueno, fue una noche de milagros por no decir de idas y venidas del infierno al mismo diluvio universal.
P.D: Habrá cosas que se me olviden, pero acepto escribir una segunda entrada con respuestas a preguntas, xDD!!
One Response to A un evento así, se va con cesta de mimbre
Para que te quedes contenta, aquí te dejo un comentario, jeje. No sé qué ponerte, así que paso a destacar las cosas que más gracia me han hecho, véase:
-"...pero el susto de ver la flota de camiones en el aparcamiento..."
-"...entre la lascivia y terror de ver la panadería más grande jamás reunida"
-"A destacar, la presencia del sector hostelero de Chueca"
-"...se quita la camiseta y tiene un sujetador que ni comprado en los chinos, la amiga que te salva de la voracidad de una, la hostia de la tarima de Esther..."
-"¿Qué hace una chica como tú en un sitio cómo éste? El rollo es mentirse a sí misma, hija"
Resumiendo: que... ERES LA HOSTIA Martita, jeje :P
P.D. La últimano será un indirecta hacia mí, ¿no? Jajaja
Publicar un comentario