Los nudos de las ligas superiores

Te dedico esta canción y todas las que hagan falta con tal de compartir un minuto más contigo. Cada una de mis búsquedas tiembla un poco más que la anterior. Joder, ni siquiera me reconozco. Es totalmente absurdo pero la curiosidad sale a borbotones.


Me siento confusa. Demasiado, diría yo. Pero soy así, siento algo fuerte y debo lanzarme a ello aunque sea mi propia muerte. Además, ya he estado enterrada otras muchas. Los gatos me tienen envidia y sé que no será la primera ni tampoco la última.

¿Lo oyes? Sí, es el piano que suena lo que me pone la piel de gallina. Aunque el hecho de estar escribiéndote por primera vez no es para pasarlo por alto. Bueno, es imposible hacerlo cuando me estremece tanto y siento como el miedo me quita la respiración.

Te miro y te recuerdo incandescente. Tan brillante como una bombilla recién estrenada. Tan caliente que ni el verano más caluroso del mundo me haría apagarte o alejarme de ti.

Escribo bien, ¿verdad? Eso dicen aunque yo no me lo creo. Estoy espesa y no quiero que ésta sea la entrada romántica del mes. No quiero ser la chica que dice cosas bonitas y asusta por magnificar con palabras lo que no es capaz de gritar. No, no quiero ser de esa forma.

Prefiero poder demostrarlo aunque no funcione así de simple. Las cosas complicadas, en su día, fueron sencillas pero las convertimos en nudos para que tengan más valor. Un lío deshecho, un logro conseguido.

La gente como yo siempre termina muriendo de sed con esos nudos entre las manos y bajo bombillas de calor en pleno verano. No sé por qué tanta reflexión. En fin, era de esperar, ¿no? 

Bon Iver – I Can’t Make You Love Me/Nick Of Time

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