Tania tiene tantos nombres como grande es el corazón que guarda bajo su pecho. Ella es tan especial como todo lo que tiene de vasca. Sí, digo "especial" porque aunque es un adjetivo que nunca sabemos como tomarnos, es la única manera de poder expresar lo auténtica que es.
Ella es de esas personas que habla hasta por los codos y siempre está dispuesta a un último asalto. Sin embargo, su sentido de la responsabilidad y voluntad la convierten en una de las personas con más fortaleza que he conocido.
Tania da y nunca pide nada a cambio. Siempre está y nunca falla. Yo sé que falta gente en el mundo como ella y por eso la aprecio tanto. Sería capaz de ir Terrasa a pegar cuatro voces o prendería fuego todo Cartagena si tuviese que defenderme.
Sin duda alguna, es de esas personas que descubres, sorprenden y cuando te hablan de familias, principios y de historias de kalimotxos en Pamplona de joven, sabes que pasarás mucho tiempo sonriendo.
Ella es mi vasca favorita y una Trini de verdad.
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