Aprovechar el tiempo en Redacción Periodística se ha convertido en horas de escritura libre sobre mi polémico y adorado viaje en mi blog ‘Per l’apunto’ que compré en mi hipermercado personal, es decir, aeropuerto Milano Malpensa.
Como periodista sin vocación que sigo considerándome tuve que usurpar un bolígrafo con la técnica más vieja que realizo y que he bautizado como “no me había dado cuenta”, así que después de firmar el ticket de VISA, me fui con el bolígrafo como si no fuese una cleptómana asquerosa.

Eran las ocho de la tarde, decidimos entrar en una cafetería en la plaza Victorio Veneto y pedimos el aperitivo, que principalmente consiste en pagar una copa, refresco, cerveza e hincharse a comer en un buffet que tenía de todo por el precio módico de ocho euros hasta aproximadamente las diez de la noche.
De allí no se cómo conseguí salir, puesto que me sentía obesa perdida y torpe como la que más con una angustia que me mataba mientras paseaba por Vía Po. La morriña de haber comido demasiado ralentizaba mis pasos y el camino a casa se convirtió en un auténtico peregrinaje a Triana por caminos polvorientos siendo asmática y sintiéndome como Carmina Ordóñez con los pies “cocacolos” perdidos.

Recomiendo el aperitivo a todo el mundo que viaje a Milano, Torino o ciudades cercanas pero cuidado, sal de frutas ENO, siempre cerca. Esa noche vi la muerte cerca cuando intenté dormir, pero me quedo con las caras de asombro de los camareros cuando nos veían pasar a decorar un plato que aún permanecía vacío.
Publicar un comentario