Puebla

Llevo media hora buscando fotos de Puebla en el ordenador, la cámara reflex y el teléfono móvil. Sólo he encontrado las de Teotihuacan en la cámara y me parece muy sospechoso que no haya hecho más que las ocho o nueve que tengo en iPhone. En fin, no importa.

Si intento hacer memoria del viaje, recuerdo que hacía un día soleado perfecto. Visitamos el Templo de La Compañía, el Zócalo, la Catedral y lo mejor de todo, el Callejón de los Sapos.

Templo de La Compañía
Templo de La Compañía.
Catedral de Puebla
Catedral de Puebla.
Allí encontramos un mercadillo de cosas de segunda mano en el que podría haberme hipotecado de por vida. Sin embargo, me resistí cual jabata en plenas rebajas. Sé que mi felicidad hubiese sido directamente proporcional al agobio de no saber dónde meter tantas cosas en la maleta. 

Mercadillo de Callejón de los Sapos.
Joyas del mercadillo del Callejón de los Sapos.
Además, tenía que tener presente que un montar un "pollo" con voces y disparos al aire en la facturación del aeropuerto cuando la broma me ascendiese como 200 euros más no sería muy motivador para un viaje tan largo.

Puebla me gustó mucho. Supongo que fue un viaje muy completo con la paradita en Cholula (véase Cholula, Dios y el reciclaje) y porque probé el arroz con mole, las pasitas y las cemitas.

Pasitas de Puebla.
Las famosas pasitas.
En este local, probamos las pasitas. Según entré, me sentí en los "yayos" de Madrid y por un momento, estaba en casa. Sinceramente, fue genial pobrar esos caballitos. Sin duda, una parada obligatoria si visita Puebla.

La Pasita Puebla
La Pasita.
Carta de pasitas
La carta de las pasitas.
Creo que fue de los mejores domingos que he vivido en México.

The Sweet Serenades – Die Young

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