Se me rompió el alma de tanto querer. Caí de rodillas con el corazón roto en las manos de nuevo. Lloré cada una de las palabras que me escribiste y finalmente, me levanté para proseguir mi largo camino.
Chispeaba y las hojas de mi libro comenzaban a mojarse. Encendí mi iPhone, me acomodé los auriculares y decidí tumbarme en la hamaca con vistas al Pacífico en busca de un nuevo aliento con aires marineros.
En ese mismo balanceo, te recordé en mi cocina a las seis de la mañana con una gran sonrisa y tus ganas de verme en apuros como si fuese ayer. Sentí como mi corazón bombeaba sangre con nostalgia porque el adiós ya se me había escapado de la boca y supe que nunca volvería a ser aquel verano.
Tú ya habías encontrado tu ritmo y yo me disponía a retomar la vida que había dejado aparcada cuatro meses atrás.
Elbicho – De rodillas
Chispeaba y las hojas de mi libro comenzaban a mojarse. Encendí mi iPhone, me acomodé los auriculares y decidí tumbarme en la hamaca con vistas al Pacífico en busca de un nuevo aliento con aires marineros.
En ese mismo balanceo, te recordé en mi cocina a las seis de la mañana con una gran sonrisa y tus ganas de verme en apuros como si fuese ayer. Sentí como mi corazón bombeaba sangre con nostalgia porque el adiós ya se me había escapado de la boca y supe que nunca volvería a ser aquel verano.
Tú ya habías encontrado tu ritmo y yo me disponía a retomar la vida que había dejado aparcada cuatro meses atrás.
Elbicho – De rodillas
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