Había encontrado viejas metas. Retos que había olvidado y que ahora más que nunca, tenía que alcanzar. Sabía que mi cabezonería me mataría algún día pero me daba completamente igual. Quería ocupar mi mente y no pensar. Sabía que algo no estaba funcionando correctamente en ella.
Siempre que escuchaba Delorean de manera compulsiva, algo había saltado en el interior y debía esperar a que volviese a su sitio. Sí, como si fuesen los plomos de mi propia casa. Todo se congela y es caótico hasta que uno mismo consigue volver a subir la pequeña clavija y de repente, todo vuelve a la misma tranquilidad de siempre.
Mi corazón sabía que no podría matarme aquello y aguantó el tirón como lo había hecho en otras versiones del cuento. Se afanaba en buscar en libros antiguos lo que el futuro le depara pero no sabía que esas cosas aún estaba por escribirse.
Delorean – Seasun
Siempre que escuchaba Delorean de manera compulsiva, algo había saltado en el interior y debía esperar a que volviese a su sitio. Sí, como si fuesen los plomos de mi propia casa. Todo se congela y es caótico hasta que uno mismo consigue volver a subir la pequeña clavija y de repente, todo vuelve a la misma tranquilidad de siempre.
Mi corazón sabía que no podría matarme aquello y aguantó el tirón como lo había hecho en otras versiones del cuento. Se afanaba en buscar en libros antiguos lo que el futuro le depara pero no sabía que esas cosas aún estaba por escribirse.
Delorean – Seasun
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